Nekiño el cagoncete

Pues ya que tenemos aquí en exclusiva a una estudianta y a una experta sin titulación, voy a ver si me aprovecho.

Seguro que ya conocéis más que de sobra el caso de Neko, y soy consciente de que siempre será un gato tímido y asustadizo, pero hemos avanzado muchísimo desde que llegó, creo que lo seguimos haciendo, y por eso me gustaría que comentarais si veis algo que no hacemos bien, o si puedo seguir alguna otra pauta para que se suelte un poco y se encuentre mejor.

Resumiendo, por si alguien no sabe o no se acuerda:

Neko llegó a casa hace dos años y medio, con 10 meses estimados de edad, procedente de un refugio no demasiado responsable (eso lo sé con los conocimientos que ahora tengo, claro), sin demasiado contacto humano, en el que nada nos contaron sobre su pasado, ni siquiera sabemos cuánto tiempo llevaba allí, sólo que, según ellos, era un gato arisco (JA!) y nadie lo adoptaba por eso (y por "mayor").

En seguida nos dimos cuenta de que, lejos de ser un gato arisco, lo que le pasaba era que tenía un miedo atroz. Se pasó los dos primeros días escondido bajo la mesa del ordenador, el primer escondite que consiguió encontrar. Los dos días siguientes, detrás del WC. Los dos siguientes, en el hueco que había entre la bañera y el bidé. Después de una semana se atrevió a entrar en el salón, y encontró el que sería su "lugar seguro": bajo la mesa en la que comíamos, encogido sobre una silla que nunca se usaba.

Para colmo de su miedo, una visita al veterinario reveló que no había llegado en las mejores condiciones: rino, conjuntivitis, otitis, ácaros y diarrea (y encima le habían puesto la antirrábica antes de entregárnoslo, en fin). Así que al pobre le cayeron dos semanas de pastillas y gotas varias, y tan arisco y agresivo era, que se dejó hacer muerto de miedo, tres veces al día, por dos auténticos extraños.

Cuando al fin estuvo sanote y con las vacunas al día, empezamos a intentar acercarnos a él. Nos dimos cuenta de que si no éramos bruscos y no lo mirábamos directamente, podíamos sentarnos a su lado y darle unos mimos leves, siempre intentando no atosigarlo.

Aprendió a utilizar el rascador y empezó a jugar con nosotros, aunque con mucho miedo y desconfianza al principio. También nos observaba mucho desde lejos, como si se muriese de ganas por acercarse, pero el miedo fuese mayor.

Muy poco a poco, empezamos a ver avances. Algún suave ronroneo ocasional, nos buscaba y llamaba para jugar por las noches, le gustaba que le rascásemos el culete cuando estaba sobre el rascador...

De dormir en el sofá del salón, pasó a dormir en nuestro dormitorio, sobre una butaca que había junto a la cama. De ahí, pasó a encima de la cama, a nuestros pies. Hasta que una noche se pegó a mi pierna y desde entonces buscaba siempre contacto físico para dormir.

Llevaría unos seis meses en casa cuando recogimos a Nour de la calle, un pequeñajo de tres meses que fue nuestra primera acogida. Descubrimos entonces que Neko es extremadamente sociable con otros gatos, le encantan. Y Nour supuso para él, por imitación, empezar a atreverse a cosas antes impensables. Le hizo muchísimo bien.

Una vez adoptado Nour, tocaba viaje a Coruña. Me daba pánico, pensar en el trasiego del avión, una casa nueva, con gente desconocida, con todo lo que estábamos avanzando...

El viaje de ida fue bastante estresante, hasta se hizo caca en el transportín, por el miedo. Una vez en casa de mi madre, los primeros días lo dejamos tranquilo en una habitación con su mantita. Los pasó sorprendentemente tranquilo, aceptando incluso alguna caricia ocasional de mi madre, a la que nunca había tenido delante.

Al cabo de una semana le permitimos explorar el resto de la casa. Se daba sus vueltas por el salón, incluso una tarde se echó la siesta en la cama de mi madre. Pero la habitación inicial le hacía sentirse seguro, y siempre volvía a ella, era donde más tiempo pasaba.

Por las noches se venía a dormir con nosotros. Y menudo cambio... mimos, restregones, ronroneos a un volumen que jamás nos habríamos imaginado...

Una vez de vuelta en Almería, la cosa siguió más o menos igual. Sesiones nocturnas de mimos, peticiones de juego, de comida, etc. Poco después fue cuando recogí de la calle a Aysel, que al principio estuvo en adopción.

De nuevo avanzamos mucho, quedaba más que claro que necesita contacto con otros gatos. Gracias a ella se atrevió a entrar en la habitación del ordenador, que le daba pánico desde que pasó sus primeros días en casa agazapado allí.

Creo que fue más o menos por aquel entonces cuando empecé a aplicar los consejos de KAT sobre la ansiedad por evitación. Y poco a poco, pasito a pasito, hemos seguido avanzando hasta hoy.

En la actualidad, la cosa está más o menos así:

Duerme con nosotros, normalmente pegado a la pierna de alguno de los dos. Si hace frío, le gusta meterse bajo las sábanas si lo invitas. Pero nunca jamás nos pisa como suelen hacer otros gatos, nunca pasa por encima de nosotros, da los rodeos que hagan falta.

En el sofá también se pone a nuestro lado de vez en cuando, pero no te puedes mover ni un milímetro, porque se marchará. Aunque para unos pocos mimos sí te puedes mover, que conste.

Nos llama para que le demos de comer, para que le hagamos caso, le demos mimos y sobre todo para que juguemos con él. Es un charlatán de mucho cuidado. También me he dado cuenta de que es un gato que no sabe jugar solo, juega con nosotros, con Aysel o con otros gatos cuando los hay, pero jamás solo.

Te puedes acercar a él y te acepta caricias de buen grado si está descansando sobre la cama, en el sofá, en el rascador, etc. No te puedes acercar a él si está en el suelo, le entra el pánico y echa a correr. Eso sí, con comida por el medio, desaparecen todos los miedos.

Si lo tenemos que manipular por cualquier razón (cepillado, corte de uñas, pastillas, pipetas, etc.) lo pasa fatal. En cuanto lo cogemos en brazos se encoge por completo hasta hacerse un ovillo, el miedo lo paraliza, de verdad que da pena verlo. Suelo aprovechar para cepillarlo mientras está en el rascador, y para cortarle las uñas cuando está dormitando, pero para las desparasitaciones no me queda más remedio que manipularlo.

Por supuesto, una visita implica tenerlo escondido todo el rato. Igualmente con las tormentas, los ruidos fuertes, etc.

Absolutamente todo lo nuevo le da miedo, cualquier cosa que entre en casa que él no conozca, incluidos los juguetes. Necesita al menos un par de días de adaptación. Ah, y también le da miedo el tubo de la malta, aunque si consigues sostenerlo delante de su nariz, sin moverlo, unos cinco minutos, se anima a comer y le chifla, claro.

Dani es especial. No me hace demasiado caso con las pautas para la ansiedad por evitación, a veces lo hace rabiar, lo vacila... y lo mejor es que Neko siempre vuelve, simplemente lo adora. Me desconcierta, la verdad.

No se me ocurre nada más que comentar, siento haberme extendido tanto. Si necesitáis preguntar algo, intentaré ser lo más precisa posible. ¿Realmente puedo hacer algo más para ayudarlo a seguir desinhibiéndose?

Yo creo que lo estás haciendo bien, la verdad. Estás utilizando Feliway?

Yo lo que he hecho con Keko, que era absolutamente salvaje cuando le cogí y tenía pánico, es lo que has contado tú. A mayores, me sentaba en el suelo con él y cuando le veía más relajado, a ratitos cortos, le iba cogiendo en brazos, sin manipularle ni nada, sólo cogíendole, hablándole flojito y acariciándole un poco, sin agobiarle. He ido alargando los tiempos en el colo poco a poco y cuando le he visto que ya estaba tranquilo desde el principio, he empezado a cogerle estado de pie, que es lo que más miedo le daba, del mismo modo, poco a poco. Todo esto desde finales de julio. Ahora Keko es un peluchón pegotito, que se deja hacer de todo, hasta cortar las uñas!!!

Yo al principio, cuando empecé a hacer todo esto, echaba un poquito antes un chorrete de Feliway en la habitación en la que estaba. Támbién viene bien en difusor, pero es carillo.

A ver si Kat te comenta algo más, que ahora misma está más puesta en etología felina que yo, que los únicos cursos que me dan por aquí son de perros

Aziza escribió:

El Feliway lo tengo en spray, y lo uso sólo en momentos puntuales. En los transportines antes de ir al vete o de viaje, en casa de mi madre cuando vamos de vacaciones, cosas así...

Realmente Neko se deja hacer de todo, es un santiño, pero es innegable que lo pasa mal cuando lo coges en brazos. ¿Me recomiendas entonces que intente acostumbrarlo a eso, con sesiones de regazo a poquitos?

Yo te diría que sí, con paciencia y muy poquito a poco. Incluso puedes "rociarte" con un poco de Feliway antes :guiño:

PD: no te vayas a pasar echándote Feliway y luego te vayan a seguir todos los gatos del lugar :meparto:

Lolipop escribió:

Me interesa muchísimo esto porque yo en casa tengo a la Lola (o Bolon para Sugus :sonrisa: )

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hola aziza, respecto a nekiño y aunque cada gato como cada qualquier animal humano o no humano es un mundo te comento que yo tengo un gato, Dani, que cuando llegó a casa igual, la mitad del dia estaba metido en el armario porque
oia un ruido
venia gente
habia otro gato de acogida
cambiaba muebles de sitio
.......
en fin, tantas infinidades de cosas.....Dani vino de la perrera de cantoblanco, malo malisisimo que se moria, mis gatos no le recibieron bien, le pegaban y le pegaban.....ademas dani tiene una enfermedad cronica que hasta dieron con ella el pobre se sentia mal día si dia no (y lo demostraba así, reacio, huidizo)

Te dire que Dani ha tardado dos años en parecer un gato sociable, no ronronea apenas, casi nunca, y es dificil que se mantenga a tu lado para que le acaricies. Cuando viene mi hermano a darles de comer si yo estoy de viaje no sale del armario todavia, no le consigue ver, y es la tercera vez con estas bebes felinas que tengo en acogida que acepta a otros animales y juega con ellos y tal, antes se metia en el armario.

Yo creo que es tiempo y también que ahora esta sano, no le duele nada ni se siente malito (¿esta sano del todo el tuyo?)

este es dani cuando llegó a casa el pobre

Para que luego la gente se rinda al cabo de una semana...

Van casi tres años que Neko está en casa, y hará cosa de un mes que ha dado otro gran paso (no quise contarlo hasta comproblar que no se trataba de hechos aislados).

Avance número uno: ¡Me pisa en la cama! Sólo los pies y las piernas, pero es todo un triunfo para él, que saltaba por encima como si fuesen serpientes o daba un rodeo descomunal para llegar al otro lado.

Avance número dos: Cuando me tumbo en el sofá a ver la tele, provista de mantita y Aysel debidamente colocada sobre mi tripa, se acurruca ENCIMA de mis pies.

Avance número tres: Cuando Dani se va a dormir por la noche (suele acostarse más tarde) y cuando yo me despierto por la mañana (suelo levantarme antes), ha decidido que toca sesión intensiva de mimos, e incluso la reclama a maullido limpio. Rasca la ropa de la cama hasta que se la levantamos, se acurruca pegado a nosotros, lanza su cabecita contra nuestra cara y ronronea a volumen claramente audible.

Estamos felices, felices.

Es estupendo!!! Me alegro muchísimo!

Genial!!!! No sabes como te entiendo cuando hacen avances, aunque sean pequeñitos. El otro día Bololo, estando yo sentada en el sofá, se tumbó encima y casi le hago una fiesta

Después de casi cinco años compartiendo nuestras vidas con Nekiño seguimos teniendo pequeños avances, día a día y pasito a pasito. Anoche el peque dio un pasazo.

NEKO VINO A DORMIR SOBRE MIS PIERNAS.

Me metí en la cama y Aysel se instaló en mi tripa, como de costumbre. Levanté el nórdico para hacerle un hueco Neko, porque le gusta hacerse una bola bajo él, pegado a tu cuerpo. Entró, dio dos vueltas, se acomodó dos minutos y se fue. Suele hacer lo mismo tres o cuatro veces seguidas hasta que al final se queda, casi siempre.

Se bajó de la cama, dio la vuelta por debajo y se volvió a subir por mis pies. Entonces comenzó a caminar de un lado a otro pisándome las piernas, y recuerdo que pensé "qué confiado está hoy, que me pisa con brío", porque desde que se atreve a pisarte (antes saltaba por encima evitando el contacto) lo hace con muchísima inseguridad.

Cuál es mi sorpresa cuando pone sus cuatro patas sobre mis dos piernas, se hace un ovillo y se dispone a dormir. Se me saltaron las lágrimas, desperté a Dani y nos quedamos mirándolo como dos idiotas, casi sin respirar. Apenas dormí, no quería moverme y asustarlo. Y allí se quedó toooooda la noche.



(Una vez transmitida la noticia, vuelvo a mi retiro vacacionil.)

¡Qué bien!, te entiendo perfectamente Nadia. A mi me ha pasado lo mismo con Audrey, con la diferencia que a ella le costó muy poco adaptarse y hacer esas cosillas que nos hacen que se nos salten las lagrimillas

Jo, que bien, cuanto me alegro!!!

Yo, después de 5 años de no poderla ni tocar y casi ni ver, he conseguido que la Bru se me suba, me amase, me de topetazos para que le dé besitos en la frente, me ponga la manita en la cara para pedir mimos, ronronee como un motorcito y duerma abrazada a mi brazo! Aún no me lo creo!

Sugus escribió:

Yo, después de 5 años de no poderla ni tocar y casi ni ver, he conseguido que la Bru se me suba, me amase, me de topetazos para que le dé besitos en la frente, me ponga la manita en la cara para pedir mimos, ronronee como un motorcito y duerma abrazada a mi brazo! Aún no me lo creo!

Qué rica la Bru.

Neko es muy mimosote a su manera, pero siempre le había gustado el contacto físico "lateral", podríamos decir. XD De todas maneras, de subirse a mi regazo en el sofá, por ejemplo... de eso ni hablar.

Aziza escribió:

... de subirse a mi regazo en el sofá, por ejemplo... de eso ni hablar.

Pues no desesperes, porque Bololo tampoco lo había hecho nunca y este invierno, imagino que por eso del calorcito, empezó a hacerlo. Ahora, en cuanto me ve sentada en el sofá viene a tumbarse a mis piernas, con ronroneo y amasamiento incluído