Hola: os quería contar un poquito los avatares de Inés y los michis.
¿Pensáis que el masoquismo existe en la raza animal? yo tengo la respuesta... SÍIIII.
Resulta que la niña gatea desde hace mucho y, sujeta a lo que sea, está de pie.
Pues, como le encantan los gatos, va gateando tras ellos cual depredador, emitiendo ruiditos de felicidad. A Shinny ni lo roza pero Comino.... Comino es otro cantar. Es un "ni contigo ni sin ti".
Él está tan contento en una silla durmiendo e Inés va y... ¡empieza a aporrearlo! le pega con las palmas abiertas por todos los lados (yo superviso y digo: despacito mi vida, pero "mi vida" no controla su fuerza y aporrea con energía). Inés empieza a reirse a carcajadas y Comino... ¡se pone boca-arriba y le deja hacer!
Luego Inés le chupa una oreja, y el otro sigue ahí.
Inés intenta ponerle el chupete y Comino... intenta cazar el chupete.
A todo esto tenéis que oir las carcajadas.
Total que, cuando se harta Comino, pues se va.
Ella tiene un puzzle que es una alfombra y yo había prohibido a Comi sentarse ahí porque lo araña y desprende trocitos de plástico que Inés se puede tragar. Bueno... ha sido una batalla perdida. Todo lo demás de Inés lo respetan, pero eso... no ha habido manera. Él se tumba ahí y la peque se sienta a su lado y empieza a jugar (con él o sin él). Allí Comino aguanta lo que sea...
El caso es que mi familia dice: cuidado, a ver si la araña! y yo digo: si la araña una vez, ella va a aprender también, que bastante lleva Comino.
Ayer Inés lo perseguía y se cansó. Se subió en una mesita baja y le dio dos capones (sin uñas) en la cabeza. Pues para la otra fue el regocijo, se rió tantísimo que se le saltaban las lágrimas.
Yo todo el tiempo, con un tono suave, le explico. Me acerco yo y la enseño a acariciarlo con suavidad, pero claro, el lunes hace 10 meses, no controla nada.
Me he dado cuenta que cuando ella no está, Comino maulla a la puerta. Esta mañana cuando la he traido para desayunar, la ha dado unos cuantos topetazos con la cabeza para saludarla, y se ha subido en la trona para supervisar el biberón. Es super-bonito, la verdad.
Comino ha descubierto su vocación vegetariana y es feliz si le pongo una cucharadita de papilla en el suelo.
Shinny el pobre no reacciona así, huye del demonio como de la peste y está más mimoso con nosotros.
Y nada... quería que supiérais que el masoquismo mascotil existe y que es precioso ver a los dos "hermanitos".
Un besazo.