"Hola, me llamo Cielo.
Es el nombre que me puso la chica que me recogió de la calle hace dos meses. Me ha contado que me llamo así porque a pesar de haber sido abandonado en la calle, echado a patadas del hogar y de la familia con la que vivía, aún buscaba desesperadamente el contacto humano, el calor y la voz de las personas. Las mismas personas que no pensaron en el hambre, el frío, las enfermedades y los peligros que me acecharían, porque soy un gato casero que nunca ha vivido en la calle.
Soy bueno, cariñoso y confiado. No me gusta estar solo y encerrado (cómo ahora me encuentro), y lo paso muy mal sin la compañía de un humano.
La chica que me sacó de la calle me encontró tan delgadito que pensaba que aquellos aullidos desesperados que emitía eran por hambre. Se acercó a mí con un buen puñado del mejor de los piensos y las latas más sabrosas, sin embargo, yo las rechacé. Sólo quería que me acariciará por todo el cuerpo, necesitaba que me diera ése amor que de pronto y sin razón, me habían arrebatado.
Me cogió entre sus brazos como si fuera un bebé y me llevó hasta su casa como si fuera cualquiera de sus gatos, mientras me susurraba en el oído que siendo tan bueno y confiado corría un grave peligro viviendo en la calle.
Ella me quería mucho, pero tiene muchos gatos en su casa y ya no puede hacerme un hueco más. Está muy triste y desesperada porque quiere que encuentre pronto un hogar donde yo pueda dar y recibir todo el amor del mundo. Ella está preocupada por mí porque en éstos momento me encuentro encerrado en una jaula muy triste y muy solo.
Ella os pide que me miréis a los ojos fijamente, dice que tengo unos ojos que enamorarían a cualquiera, y que junto a mi carácter.
Se encuentra en Sevilla pero se mandaría a otras provincias si fuese necesario.
Contacto: adopciones@defensafelina.org